Discurso En Ocasión De La Donación Del Busto De Carlos Casaffousth A La Escuela Homónima

Un amigo me enseño, desde su experiencia de vida, sin proponérselo, que los padres siguen ejerciendo su rol de padres, aun 30 años después de muertos, aún cuando como en el caso de mi amigo, el solo tenía 5 años cuando su padre murió.
Los maestros tienen igual condición. Los grandes maestros siguen ejerciendo su influencia benefactora aunque hayan muerto 70, 80, o 100 años antes.
Esto lo digo porque quien me trajo hasta aquí es el maestro Juan Filloy.
Hace más de 70 años escribió la novela Caterva y en ella habla de Carlos Casaffousth y de Juan Bialet Massé y de la obra monumental que hicieron.
Yo sabía, como la mayoría de los cordobeses, solo algunos datos aislados, pero fue a partir de su homenaje que se despertó mi curiosidad y conocí mas profundamente la historia de Casaffousth, de Bialet masse y del dique San Roque.
No es casual que Juan Filloy haya sido quien rescata del olvido la figura de Casaffousth y Bialet, pues el también fue y es un escritor que no ha tenido el reconocimiento merecido. Algunos pares y parte de la crítica lo considera uno de los más grandes escritores de habla hispana del siglo XX, lo que sin embargo no a tenido un correlato con la escasísima difusión de su obra.
Es significativo que hubiera una identificación entre figuras marginadas por el establisment. Creo que por cuestiones ideológicas, políticas etc. hay personalidades de la cultura que son in visibilizadas intencionalmente.
Parte del genio de Filloy es plantear que quienes rescatan esta personalidades de la historia grande de Córdoba, son 7 linyeras, siete marginales. No son las autoridades políticas, no es el estáblisment. Lo hacen siete linyeras.
Un maestro me llevo a otro y ese otro, Carlos Casaffousth me trajo hasta acá. Aprovechen a sus maestros y tengan presente que, algún día lejanoquizás, llegue a sus manos una página de un maestro que, si están atentos, les seguirá enseñando, aunque el haya muerto 100 años antes.